Acaparamiento digital ¿podemos evitarlo?

Adriana Agudo |

Como tantos otros términos relacionados con tecnología a los que debemos familiarizarnos, nos encontramos hoy con el “acaparamiento digital”.

El acaparador digital (o acumulador digital) es un término que resulta curioso porque, aun sin saberlo, quizás estés comportándote como uno de ellos.

¿Qué significa acaparamiento digital? 

El acaparamiento digital es una conducta dirigida a buscar y guardar aplicaciones, archivos y documentos en dispositivos electrónicos, y a suscribirse a diversas newsletter sin necesidad y sin darle una aplicación útil o eficaz en un futuro inmediato.

Cuando hablamos del mundo físico, el acaparamiento lo conocemos como acumulación y se manifiesta cuando una persona recoge, guarda y colecciona todo tipo de objetos, resistiéndose luego a desecharlos aunque no les dé ningún uso. Esta práctica de guardar y acumular puede resulta tan excesiva que les impide vivir una vida normal. Y, sin embargo, no pueden separase de esos objetos.

Esa dificultad persistente para desechar lo que no espera utilizar, ha llevado a la construcción del trastorno de acumulación compulsiva y así es reconocido en el ámbito de la psicología y la psiquiatría.

En los momentos actuales, cuando el mundo físico se mezcla con alternativas digitales, ya sean vivencias, objetos o documentos, hay personas de diversas profesiones, investigadores, diseñadores, freelancers o trabajadores independientes dedicados a la creación de contenidos, que han desarrollado y afianzado la práctica de acumular una cantidad excesiva de archivos digitales.

La práctica de acumular productos digitales se debe a una necesidad de mantenerse constantemente informado.

En términos generales, la práctica de acumular productos digitales obedece a la necesidad de mantenerse constantemente al día y aprovechar cualquier información que creen pudiera serles útil en un futuro.

Muchas veces, estos archivos digitales resultan inútiles puesto que no se dispone del tiempo para procesar la información, organizarla y estudiarla con vistas a obtener un aprovechamiento, llegando al extremo de que tal cantidad de información acumulada sorprende, incluso, al propio usuario.

Ocurre por ello, en muchos casos, que la acumulación digital es generadora de estrés que condiciona la actividad de ese usuario, llevándole a procrastinar y hasta abandonar el propósito principal de su esfuerzo diario; o, más allá, a comprometerse con la realización de diversas actividades que le es difícil cumplir.

Resulta curioso, pues a pesar de que esa acumulación de información no se traslada al mundo físico, ni genera problemas de higiene, espacio o hacimiento con la consecuente sensación de agobio por el desorden o simplemente por la necesidad de tener más; los acumuladores digitales, aun sin ese problema de espacio físico, lo sufren de manera más o menos igual, debido al enorme espacio digital que absorben sus archivos.

El acaparador digital puede llegar a sentirse ansioso y agotado

El acaparador o acumulador digital puede llegar a sentirse ansioso, preocupado en extremo y, en ocasiones, agotado por no poder gestionar apropiadamente la cantidad de recursos que está reuniendo, sintiéndose, al final, poco activo y eficaz en su labor diaria.

¿Qué hace un acaparador digital? 

Quizás te sientas identificado con alguna de estas acciones:

  • Te suscribes a diversas newsletters, solamente para descargarlas y archivarlas.
  • Investigas y archivas constantemente más información de la que puedes procesar.
  • Descargas documentos y libros por el simple placer de tenerlos archivados.
  • Tienes dificultad para eliminar los datos y aplicaciones que no utilizas.
  • Duplicas la información guardada como medida de prevención.
  • Dedicas tiempo efectivo de trabajo para acumular o acaparar información no vinculada directamente con sus propósitos.

Obviamente, los nuevos tiempos nos obligan a reformular nuestra relación con la tecnología. Es necesario tomar conciencia de que quizás estemos ante un problema de desorganización y ansiedad al que debemos encontrar una solución antes de que sintamos la necesidad de recurrir a un psicólogo.

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