Adriana Agudo |
La cultura es la expresión material, intelectual y espiritual de la identidad, de la innovación y de la creatividad del ser humano. Si asumimos que lo que caracteriza a un grupo social son sus creencias y tradiciones, no habría ninguna duda de que los eventos de entretenimiento multitudinarios, que se repiten año tras año y arrastran a miles de personas de distintas edades, son una expresión artística y también una manifestación cultural.
Recientemente se realizó la muy publicitada Velada del Año. Se trata de un evento deportivo que celebró su tercera edición en junio del 2023 y fue trasmitido por la plataforma Twitch. Este evento reúne en combates de boxeo aficionado a los más populares creadores de contenido digital: streamers, youtubers, influencers y a famosos en diversas áreas, entre ellas de la industria musical y la televisión.
La Velada del Año se ha convertido en un evento que siempre supera a la edición del año anterior en cuanto al número de personas que se conectan, pero cuando descubrimos que la organización logró lo que parecía bastante difícil: vender en una hora las 60.000 entradas al estadio Metropolitano de Madrid (lugar del evento), y conseguir que 3,3 millones de espectadores estuvieran conectados (lo que marcó un récord de audiencia en esa plataforma, que pudo haber sido mayor si no hubiese sido porque Twitch se quedó pequeña y colapsó), ya no estaríamos hablando de un espectáculo multitudinario como otro cualquiera, sino de un verdadero fenómeno social.
El vídeo de la Velada del Año 3 acumuló en solo un mes más de 2, 4 millones de visualizaciones en Yotube, no siendo este el único evento organizado por Ibai Llanos, quien tiene en esa red social más de 11 millones de suscriptores, y unos módicos 14 millones de seguidores en Twitter.
De la mano de Gerard Piqué y otros streamers e influencers, la final de otro evento (Kings League) que se emitió en directo a través de Twitch, Tik Tok y Youtube, reunió a 92.522 aficionados en las gradas, mientras que 2,2 millones de espectadores siguieron el evento por las redes sociales.
¿Es deporte, un espectáculo, un show de famosos?
Si entendemos que el arte es la “manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros” (Real Academia Española), ¿es el arte del entretenimiento un fenómeno que arrastra a los más jóvenes y a no tan jóvenes?
El filósofo surcoreano Byung-Chul Han en su obra: “Buen entretenimiento. Una deconstrucción de la historia occidental de la pasión” expresa:
Uno puede darle todas las vueltas que quiera: a los hombres les gusta entretenerse, ya sean solos, con otros, a costa de otros y de cualquier cosa, y se chiflan por historias llenas de aventuras, por imágenes coloridas, por una música marchosa y por juegos de todo tipo, o dicho brevemente, por una communication light, por participar sin ceremonias y sin grandes pretensiones ni reglas. Supuestamente eso ya fue siempre así, y seguirá siendo así mientas sigamos programados para la sensación de placer y la sociabilidad.
Sin duda, los eventos organizados por Ibai Llanos se han convertido en un fenómeno de entretenimiento audiovisual que ha logrado aglutinar aficiones y gustos de personas muy diversas y heterogéneas, pudiendo verse a entusiasmados padres junto a sus hijos en edad escolar, así como a un cada vez mayor número de adolescentes volcados en seguir sus próximas actividades.
Es cierto que este tipo de espectáculos imprime un mayor dinamismo a la expresión artística y pudiera estar marcando el inicio de una revolución en las redes sociales, además de un desafío a la publicidad en los medios tradicionales.
¿Es este un nuevo ejemplo de la colonización mercantilista de la vida social, planteada por Guy Debord en su obra “La sociedad del espectáculo? o acaso, si no lo es, ¿será que estamos ante las puertas de una nueva concepción de la cultura?
