Adriana Agudo |
Es casi imposible ignorar qué ocurrió en aquel fatal accidente de la aviación uruguaya en 1972. La Sociedad de la nieve nos lo ha recordado de manera brillante en una producción genuina que muestra los hechos, el drama y los sentimientos de cada uno de los protagonistas de esta historia prodigiosa, tan real como desoladora.
La presencia de la película en las carteleras de cine, en las plataformas de streaming y en las redes sociales hizo que se convirtiera en el tema central de muchas conversaciones que abrieron la puerta al examen de los valores que representa y de la conducta del ser humano en las más difíciles e incontrolables situaciones.
Respeto, solidaridad, apoyo mutuo, reconocimiento, trabajo en equipo, proactividad, liderazgo, esperanza, son algunos de los valores que mostraron esas personas, en su mayoría jóvenes universitarios, que cada día les permitieron superar retos extraordinarios que suponían, durante esas largas semanas, la diferencia entre vivir o morir.
Esos mismos valores que surgieron espontáneamente ante aquella desgarradora realidad, son los mismos valores que sostienen a una sociedad en un sentido favorable o desfavorable. Son los valores que traducen el día a día en calidad de vida y construyen un temperamento sólido, valiente, anticipatorio y resolutivo.
¿Las nuevas generaciones que hoy cursan educación primaria y secundaria están aprendiendo y poniendo en práctica estos valores? ¿Habrá tiempo para discutir en las aulas de clase el significado de las acciones que se revelan en esta película?
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Imagen tomada de: Historia National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/pacto-vida-amor-sociedad-nieve-realidad-ficcion_20142